La inminente renovación de gran parte de la plantilla de traductores en Bruselas y Luxemburgo es una oportunidad única para la colaboración entre sectores y el enriquecimiento de la lengua griega
En 1981, cuando Grecia se convirtió en el décimo miembro de la Comunidad europea, ninguna universidad griega tenía facultad de traducción. Los textos de los Tratados fueron traducidos por grupos abogados con idiomas y por los servicios de oficiales de traducción de la Unión Europea en Bruselas y Luxemburgo, que reclutaron a licenciados de diferentes disciplinas con estudios en el extranjero o con experiencia en traducción. Estos primeros traductores eran, además de abogados, ingenieros de varios campos (civiles, mecánicos, etc.), arquitectos, químicos, físicos, farmacéuticos, biólogos, matemáticos y economistas. Todos ellos tenían buen conocimiento de lenguas extranjeras y, sobre todo, tenían buen dominio de griego hablado y escrito.
A medida que se fueron creando departamentos de traducción e interpretación, primero en la Universidad Jónica (Corfú) en 1986, después en la Kapodistriana (Atenas) en 1998 y por último en la Aristóteles (Salónica) en 2003, los servicios de traducción de Bruselas y Luxemburgo empezaron a incorporar traductores sin estudios específicos en áreas técnicas.
Hoy, aquella primera generación de traductores científicos y técnicos, empieza a jubilarse poco a poco por razones de edad. En los próximos años un significativo porcentaje de traductores especializados pondrán fin a su exitosa trayectoria. Y, naturalmente, surge la duda de si los traductores de temas generales bastan para cubrir las necesidades de traducción de los órganos oficiales europeos. Sobre todo cuando los textos que hay que traducir son cada vez más complejos. La traducción de ciertos enlaces químicos a griego, tomando como referencia la nomenclatura química vigente, supone todo un reto incluso para químicos expertos. Los textos que describen las características de calentadores y refrigeradores necesitan los conocimientos de un ingeniero mecánico. Las especificaciones del sistema ferroviario europeo, del transporte aéreo o de los utensilios para la obtención y almacenamiento de pesca plantean serios problemas terminológicos. Por no hablar de los textos económicos, que han de traducirse en el marco de las nuevos procedimientos del Semestre Europeo o de los procedimientos para prevenir el endeudamiento excesivo. Tampoco hay que olvidar los textos de los programas de investigación en nanotecnología, robótica o informática, que a menudo presuponen conocimientos específicos y principios científicos que un licenciado de letras no siempre posee.
¿Cómo podríamos resolver este problema?
A corto plazo, se puede promover la participación de científicos de todas las áreas en el examen que tendrá lugar en 2014 para la formación de candidatos adecuados, de entre los que se elegirán los traductores que serán finalmente contratados. El principal requisito es hablar griego y otros dos idiomas de los 24 oficiales en la Unión Europea (uno de ellos tiene que ser inglés, francés o alemán).
A medio y a largo plazo, es de esperar que los estudios de posgrado en traducción mantengan una estrecha colaboración con las facultades de ciencias marcándose un doble objetivo. Pueden empezar aceptando ingenieros, físicos, matemáticos, farmacéuticos, biólogos y científicos de otras ramas que quieran trabajar como traductores. Cabe recordar que las facultades de traducción ya ofrecen cursos de traducción de textos legales, económicos y algunos de terminología, pero se podrían conseguir mejores resultados si participaran expertos de la rama de ciencias. Es más, podrían formar a los traductores en temas técnicos y científicos para que puedan entender y traducir mejor textos técnicos complejos.
Los servicios de traducción de los órganos oficiales europeos no pueden prescindir de los traductores que provienen de la rama lingüística. Sin embargo, no pueden ignorar que necesitan traductores con conocimientos técnicos en los diferentes campos de actuación de la Unión Europea, ya que la traducción a todas las lenguas oficiales de la Unión Europea no es, ni mucho menos, un lujo prescindible. La Unión Europea legisla para sus ciudadanos, y éstos tienen derecho a saber cómo les afectan las leyes en la lengua de su país. El primer reglamento que publicó la Comunidad Económica Europea, precursora de la actual Unión Europea, fue sobre el régimen lingüístico. Tras las sucesivas incorporaciones de nuevos estados miembro, la Unión tiene 24 lenguas oficiales de trabajo a día de hoy. Este multilingüismo constituye uno de los pilares fundamentales de la Unión. ¡Afirmándose incluso que la lengua oficial de la Unión Europea es la traducción!
Sea como sea, la traducción no es necesariamente una traición, como sostienen los italianos (“Traduttore, traditore” es una expresión típica italiana que significa literalmente “traductor, traidor”). Por descontado, en los textos técnicos, y a menudo complejos, que han de traducir los traductores de la Comisión Europea, Consejo de Ministros, Comité Económico y Social Europeo, Parlamento Europeo, Tribunal de la Unión Europea, Comisión para las Regiones o del Centro de Traducción de los Órganos de la Unión Europea no hay lugar para la “traición”. Así es, porque están en contacto diario con una realidad que también afecta al ciudadano griego que, como ya hemos dicho, tiene todo el derecho a estar convenientemente informado en su propia lengua. En griego, una de las 24 lenguas oficiales de la Unión Europea…
Para más información:
Panagiotis Alevantís, Panagiotis.Alevantis@ec.europa.eu
Pascalina Grigoriadu, Pascalina.Grigoriadou@ec.europa.eu
Dirección General de Traducción, Oficina de Atenas
Representación de la Comisión Europea en Grecia
*Este texto es una traducción de un artículo en griego, puede leerlo aquí http://linguagreca.com/blog/2014/05/eu-translation
Texto traducido por Dimitri Bountsolas Ferrer
Image credit: Unsplash
Author bio
Dimitri Miguel Bountsolas Ferrer is a freelance translator and liaison interpreter specializing in legal, business, tourism, literature and internet related areas. He studied English Philology at the University of Salamanca and trained as an interpreter at the Aristotle University of Thessaloniki. He is founder member at TraduccionGriego.com, where a small group of freelance translators-interpreters specialised in different areas work as a team, sharing their passion for Greek and Spanish languages in order to offer better translation and interpreting services. You can find him on Twitter, LinkedIn and www.traducciongriego.com.
1 thoughts on “La traducción europea necesita especialización técnica y científica”